Encuentro Literario Virtual
  Gibrán IV
 
GIBRAN KHALIL GIBRAN
El Jardín del Profeta

EL AMOR





Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle, aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él, aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él, aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles, y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.
Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y salgáis de la la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no todas vuestras lágrimas.
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.
Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón", sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor, porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.

Autorretrato (1962)
Cargada está mi alma con el peso de su
propio fruto maduro;
Cargada mi alma está con su propio fruto.
¿Quién vendrá ahora a escanciar, beber y
refrescarse del calo del desierto?
Ojala fuera yo un árbol sin flores y sin frutos,
Porque el dolor de la abundancia es más
amargo que la esterilidad,
Y la amargura del rico de quien nadie nada acepta
Es mayor que la pesadumbre del mendigo a
quien nadie nada da.
Ojala fuera yo un pozo seco y agotado
y los hombres me llenaran de piedras;
Porque esto fuere mejor y más fácil de soportar
que ser fuente de agua viva,
A cuyo lado pasan los hombres y no quieren beber.
Ojala fuera yo una caña pisoteada,
Porque esto fuere mejor que ser una lira de
plateadas cuerdas
En una casa cuyo dueño no tiene dedos
Y cuyos hijos son sordos.

De: "El Jardín del Profeta" - (Khalil Gibrán)

Video
Gibran Khalil Gibran - O Profeta - A Prece

Kahlil Gibran, texto do livro o profeta.


EL JARDÍN DEL PROFETA
Cargada está mi alma con el peso de su
propio fruto maduro;
Cargada mi alma está con su propio fruto.
¿Quién vendrá ahora a escanciar, beber y
refrescarse del calo del desierto?
Ojalá fuera yo un árbol sin flores y sin frutos,
Porque el dolor de la abundancia es más
amargo que la esterilidad,
Y la amargura del rico de quien nadie nada acepta
Es mayor que la pesadumbre del mendigo a
quien nadie nada da.
Ojalá fuera yo un pozo seco y agotado
y los hombres me llenaran de piedras;
Porque esto fuere mejor y más fácil de soportar
que ser fuente de agua viva,
A cuyo lado pasan los hombres y no quieren beber.
Ojalá fuera yo una caña pisoteada,
Porque esto fuere mejor que ser una lira de
plateadas cuerdas
En una casa cuyo dueño no tiene dedos
Y cuyos hijos son sordos.

De: El Jardín del Profeta - Khalil Gibran



EL JARDIN DEL PROFETA

Esta obra, publicada póstumamente, en 1933, describe, de manera conmovedora, su amor por la gota de rocío, la nieve que cae, la piedra del sendero, los adormilados bosquecillos, los viñedos. Es una profunda profesión de fe acerca de lo que espera tras las puertas de la muerte.

El jardín del Profeta estuvo abandonado mucho tiempo entre sus cuadros y manuscritos inconclusos; fue mencionado, por los diarios y la crítica con los nombres “La muerte del Profeta” y “El jardín del Profeta”, y hasta hubo quien dudó de la existencia real de esta obra.

“Al Mustafa, el Elegido y Amado, que fue la Aurora de su propio día”, al volver a su isla natal, se refugia en su jardín, donde yacen los restos de sus padres. Allí elige diez discípulos, entre los cuales estaba Karina, compañera de sus juegos infantiles.

Terminada su misión en la tierra, se encamina hacia las alturas, donde, en elevadas cumbres, es envuelto por una Neblina. Y la hermana Neblina le atrae a su seno y ambos se hacen Uno con Dios.




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