Encuentro Literario Virtual
  Coelho
 

Paulo Coelho

 

Resumen: EL PEREGRINO Diario de un Mago





En este apasionante relato, Paulo Coelho narra las peripecias de su peregrinaje por el Camino de Santiago. En compañía de su guía espiritual, el misterioso y enigmático Petrus, Paulo se enfrenta a una serie de pruebas y ejercicios, conoce a figuras que ponen en apuros su determinación y su fe, sortea peligros insidiosos y tentaciones amenazadoras, para encontrar la espada que le permitirá convertirse en un Maestro RAM.
El Camino, que Paulo Coelho recorrió en 1986, consigue inspirar una novela de aventuras que es, al mismo tiempo, una fascinante parábola sobre la necesidad de encontrar nuestro camino en la vida. Escrito en 1987, El Peregrino ocupa un lugar primordial en la obra de Paulo Coelho, no sólo porque se trata de su primera novela –a la que seguiría El Alquimista–, sino sobre todo porque revela plenamente la humanidad de su mensaje y la profundidad de su búsqueda interior.
 

EL ZAHIR

Soy un hombre libre

Ella, Esther, corresponsal de guerra recién llegada de Irak porque la invasión del país es inminente, treinta años, casada, sin hijos. Él, un hombre no identificado, aproximadamente veintitrés o veinticinco años, moreno, rasgos mongoles. Ambos fueron vistos por última vez en un café de la calle Faubourg Saint–Honoré.
La policía fue informada de que ya se habían visto antes, aunque nadie sabía cuántas veces: Esther siempre dijo que el hombre cuya identidad ocultaba bajo el nombre de Mikhail era alguien muy importante, aunque jamás explicó si era importante para su carrera de periodista, o para ella, como mujer.
La policía inició una investigación formal. Se barajaron las posibilidades de secuestro, chantaje y secuestro seguido de muerte, lo cual no sería de extrañar en absoluto, ya que su trabajo la obligaba a estar frecuen-temente en contacto con personas ligadas a células terroristas, en busca de información. Descubrieron que en su cuenta bancaria se retiró regularmente dinero en las semanas anteriores a su desaparición: los investigadores consideraron que eso podía estar relacionado con el pago de información. No se había llevado ninguna prenda de ropa pero, curiosamente, su pasaporte no fue encontrado.
Él, un desconocido, muy joven, sin ficha en la policía, sin ninguna pista que permitiese su identificación.
Ella, Esther, dos premios internacionales de periodismo, treinta años, casada.
Mi mujer.
Inmediatamente me ponen bajo sospecha y soy detenido, ya que me he negado a decir cuál era mi paradero el día de su desaparición. Pero el carcelero acaba de abrir la puerta y ha dicho que soy un hombre libre.
¿Por qué soy un hombre libre? Porque hoy en día todo el mundo lo sabe todo de todo el mundo, sólo con desear la información, ahí está: dónde se utilizó la tarjeta de crédito, sitios que frecuentamos, con quién dor-mimos. En mi caso, fue más fácil: una mujer, también periodista, ami-ga de mi mujer, pero divorciada –y, por tanto, sin problema en decir que estaba conmigo–, se ofreció para atestiguar a mi favor al saber que había sido detenido. Dio pruebas concretas de que estaba con ella el día y la noche de la desaparición de Esther.
Voy a hablar con el inspector jefe, que me devuelve mis cosas, me pide disculpas, afirma que mi rápida detención se llevó a cabo bajo el ampa-ro de la ley y que no podré acusar ni procesar al Estado. Le explico que no tengo la menor intención de hacerlo, sé que cualquiera está siempre bajo sospecha y es vigilado veinticua¬tro horas al día, aunque no haya cometido ningún crimen.
–Es usted libre –dice, repitiendo las palabras del carcelero. Le pregun-to: ¿no es posible que realmente le haya ocurrido algo a mi mujer? Ella ya me había comentado que, por culpa de su enorme red de contactos en el submundo del terrorismo, al¬guna que otra vez sentía que sus pa-sos eran seguidos de lejos. El inspector desvía la conversación. Yo insisto, pero no me dice nada.
Le pregunto si ella puede viajar con su pasaporte, él dice que sí, ya que no ha cometido ningún crimen: ¿por qué no iba a po¬der salir y entrar libremente del país?
–Entonces, ¿existe la posibilidad de que ya no esté en Fran¬cia? –¿Cree usted que lo ha abandonado por culpa de la mujer con la que se acuesta?
No es asunto suyo, respondo. El inspector deja un segundo lo que está haciendo, se pone serio, dice que me han detenido porque es el proce-dimiento de rutina, pero que siente mucho la desaparición de mi mujer. También él está casado y, aunque no le gusten mis libros (¡entonces sabe quién soy! ¡No es tan igno¬rante como parece!), es capaz de po-nerse en mi situación, sabe que es difícil el trance por el que estoy pa-sando.
Le pregunto qué debo hacer a partir de ahora. Me da su tarjeta, me pi-de que lo informe si tengo alguna noticia; es una esce¬na que veo en to-das las películas, no me convence, los inspecto¬res siempre saben más de lo que cuentan.
Me pregunta si había visto alguna vez a la persona que esta¬ba con Est-her la última vez que la vieron. Respondo que sabía su nombre en cla-ve, pero que nunca lo había conocido personalmente.
Me pregunta si tenemos problemas en casa. Le digo que es¬tamos juntos desde hace más de diez años y que tenemos todos los problemas nor-males de una pareja, ni más ni menos.
Me pregunta, delicadamente, si habíamos hablado reciente¬mente de di-vorcio o si mi mujer estaba considerando separarse.
Respondo que esa hipótesis jamás existió, aunque –y repito, «como todas las parejas»– tuviésemos algunas discusiones de vez en cuando.
–¿Con frecuencia o de vez en cuando?
–De vez en cuando –insisto.
Me pregunta más delicadamente aún, si ella desconfiaba de mi aventu-ra con su amiga. Le digo que fue la primera vez –y la última– que nos acostamos. No era una aventura, en realidad, era por la ausencia de obligaciones, el día era aburrido, no tenía nada que hacer después de la comida, el juego de la seducción es algo que siempre nos despierta a la vida, y por eso acabamos en la cama.
–¿Se acuesta usted con alguien sólo porque el día es abu¬rrido? Pienso en contestarle que ese tipo de preguntas no forman parte de la investigación, pero necesito su complicidad, tal vez me sirva más ade-lante; después de todo, hay una institución in¬visible llamada Banco de Favores, que siempre me ha sido muy útil.
–A veces pasa. No hay nada interesante que hacer; ella bus¬ca emocio-nes, yo busco aventura, y ya está. Al día siguiente, am¬bos fingimos que no ha pasado nada, y la vida sigue.
Él me lo agradece, me tiende la mano, dice que en su mundo no es del todo así. Hay aburrimiento, tedio e incluso ganas de irse a la cama con alguien, pero las cosas son mucho más con¬troladas, y nadie hace lo que piensa o quiere.
–Tal vez con los artistas las cosas sean más libres –comenta.
Respondo que conozco su mundo, pero no quiero entrar ahora en com-paraciones sobre nuestras diferentes opiniones de la sociedad y de los seres humanos. Permanezco en silencio, aguardando el siguiente paso.
–Hablando de libertad, puede usted marcharse –dice el ins¬pector un poco decepcionado ante el hecho de que el escritor se niegue a hablar con la policía–. Ahora que lo conozco personal¬mente, voy a leer sus li-bros; en verdad, he dicho que no me gus¬taban, pero nunca he leído ninguno.
No es la primera ni la última vez que oigo esta frase. Por lo menos, el episodio ha servido para ganar otro lector. Me despi¬do y me voy.

Soy libre. He salido de prisión, mi mujer ha desparecido en circunstan-cias misteriosas, no tengo un horario fijo para trabajar, no tengo problemas para relacionarme, soy rico, famoso y, si de verdad Esther me ha abandonado, encontraré rápidamente a alguien para sustituirla. Soy libre e independiente.
¿Pero qué es la libertad?
He pasado gran parte de mi vida siendo esclavo de algo, así que debería entender el significado de esta palabra. Desde niño he luchado para que fuese mi tesoro más importante. Luché contra mis padres, que querían que fuese ingeniero en vez de escritor.
Luché contra mis amigos en el colegio, que ya desde el principio me escogieron para ser víc-tima de sus bromas perversas, y sólo después de mucha sangre brota-da de mi nariz y de la de ellos, sólo después de muchas tardes en las que tenía que esconderle a mi madre las cicatrices –porque era yo el que debía resolver mis problemas, y no ella–, conseguí demostrar que podía sobrellevar una paliza sin llorar. Luché para conseguir un trabajo del que vivir, trabajé de repartidor en una ferretería, para librarme del famoso chantaje familiar, «nosotros te damos dinero, pero tienes que hacer esto y aquello».
Luché –aunque sin ningún resultado– por la chica que ama¬ba en la ado-lescencia y que también me amaba; acabó dejándome porque sus pa-dres la convencieron de que yo no tenía fu¬turo.
Luché contra el ambiente hostil del periodismo, mi siguiente empleo, donde el primer jefe me tuvo tres horas esperando, y no me prestó atención hasta que empecé a romper en pedazos el libro que estaba leyendo: me miró sorprendido, y vio que era una persona capaz de per-severar y de enfrentarse al enemigo, cualidades esenciales para un buen reportero. Luché por el ideal so¬cialista, acabé en prisión, salí y seguí luchando, sintiéndome héroe de la clase obrera, hasta que escuché a los Beatles y decidí que era mucho más divertido disfrutar del rock que de Marx. Luché por el amor de mi primera, mi segunda, mi tercera mu¬jer. Luché para tener el valor de separarme de la primera, de la segunda y de la tercera, porque el amor no había resistido, y yo necesita-ba seguir adelante, hasta encontrar a la persona venida a este mundo para conocerme, y no era ninguna de las tres.
Luché para tener el valor de dejar el trabajo en el periódico y lanzarme a la aventura de escribir un libro, incluso sabiendo que en mi país no había nadie que pudiese vivir de la literatura. Desistí al cabo de un año, después de más de mil páginas escritas, que parecían absolutamente geniales porque ni yo mismo era capaz de comprenderlas.
Mientras luchaba, veía a personas hablando en nombre de la libertad, y cuanto más defendían este derecho único, más escla¬vas se mostraban de los deseos de sus padres, de un matrimonio en el que prometían quedarse junto al otro «el resto de su vida», de la báscula, de los regí-menes, de los proyectos interrumpidos a la mitad, de los amores a los que no se podía decir «no» o «bas¬ta», de los fines de semana en que se veían obligadas a comer con quien no deseaban. Esclavas del lujo, de la apariencia del lujo, de la apariencia de la apariencia del lujo. Esclavas de una vida que no habían escogido, pero que habían decidido vivir porque alguien las había convencido de que era mejor para ellas. Y así seguían en sus días y noches iguales, donde la aventura era una pala-bra en un libro o una imagen en la televisión siempre en¬cendida, y cuando una puerta cualquiera se abría, siempre decían: «No me inter-esa, no me apetece.»
¿Cómo podían saber si les apetecía o no si nunca lo habían intentado? Pero era inútil preguntar: en verdad, tenían miedo de cualquier cambio que viniese a sacudir el mundo al que esta¬ban acostumbradas.
El inspector dice que soy libre. Libre soy ahora, y libre era dentro de prisión, porque la libertad aún sigue siendo lo que más aprecio en este mundo. Claro que eso me llevó a beber vi¬nos que no me gustaron, a hacer cosas que no debería haber he¬cho y que no volveré a repetir, a tener muchas cicatrices en mi cuerpo y en mi alma, a herir a alguna gente, a la cual acabé pi¬diendo perdón, en una época en la que com-prendí que podía hacer cualquier cosa, excepto forzar a otra persona a seguirme en mi locura, en mi sed de vivir. No me arrepiento de los mo¬mentos en los que sufrí, llevo mis cicatrices como si fueran me¬dallas, sé que la libertad tiene un precio alto, tan alto como el precio de la escla-vitud; la única diferencia es que pagas con pla¬cer y con una sonrisa, in-cluso cuando es una sonrisa manchada de lágrimas.

Salgo de la comisaría y hace un día bonito, un domingo de sol en el que nada encaja con mi estado de ánimo. Mi abogado me está esperando fuera con algunas palabras de consuelo y un ramo de flores. Dice que ha llamado a todos los hospitales, de¬pósitos (ese tipo de cosas que siempre se hacen cuando alguien tarda en llegar a casa), pero que no ha localizado a Esther. Dice que ha conseguido evitar que los periodis-tas supieran dónde es¬taba detenido. Dice que necesita hablar conmigo para trazar una estrategia jurídica que me permita defenderme de una acu¬sación futura. Le agradezco su atención. Sé que no desea trazar ninguna estrategia jurídica; en verdad, no quiere dejarme solo porque no sabe cómo voy a reaccionar (¿me emborracharé y me detendrán otra vez? ¿Montaré un escándalo? ¿Intentaré suici¬darme?). Respondo que tengo cosas importantes que hacer y que tanto él como yo sabe-mos que no tengo ningún problema con la ley. Él insiste, pero yo no le doy opción; después de todo, soy un hombre libre.

Libertad. Libertad para estar miserablemente solo.
Cojo un taxi hasta el centro de París, le pido que pare junto al Arco de Triunfo. Empiezo a caminar por los Campos Elíseos en dirección al hotel Bristol, donde acostumbraba a tomar cho¬colate caliente con Esther siempre que uno de los dos volvía de una misión en el extranjero. Para nosotros era como el ritual de volver a casa, una inmersión en el amor que nos mantenía uni¬dos, aunque la vida nos empujase cada vez más hacia caminos diferentes.
Sigo andando. La gente sonríe, los niños están alegres por estas pocas horas de primavera en pleno invierno, el tráfico flu¬ye libremente, todo parece en orden, excepto que ninguna de es¬tas personas sabe, o finge no saber, o simplemente no le interesa el hecho de que acabo de per-der a mi mujer. ¿Acaso no entien¬den cuánto estoy sufriendo? Deberían sentirse todos tristes, compadecidos, solidarios con un hombre que tie-ne el alma sangrando de amor; pero siguen riéndose, inmersos en sus peque¬ñas y miserables vidas que sólo existen los fines de semana.
Qué pensamiento tan ridículo: muchas de las personas con las que se cruzan también llevan el alma hecha pedazos, y yo no sé por qué ni cómo sufren.
Entro en un bar a comprar tabaco, la persona me responde en inglés. Paso por una farmacia a buscar un tipo de caramelos de menta que me encanta, y el empleado me habla inglés (en ambas ocasiones pido los productos en francés). Antes de llegar al hotel, me interrumpen dos chicos recién llegados de Toulouse; quieren saber dónde está cierta tienda, han abordado a va¬rias personas, nadie entiende lo que dicen. ¿Qué es esto? ¿Han cambiado la lengua de los Campos Elíseos durante estas veinti¬cuatro horas en que he estado detenido?
El turismo y el dinero pueden hacer milagros: pero ¿cómo es que no me he dado cuenta de eso antes? Porque, por lo visto, Esther y yo ya no tomamos ese chocolate hace mucho tiempo, incluso aunque ambos ha-yamos viajado y vuelto varias veces durante este período. Siempre hay algo más importante. Siem¬pre hay algún compromiso inaplazable. Sí, mi amor, tomaremos ese chocolate la próxima vez, vuelve pronto, sa-bes que hoy ten¬go una entrevista realmente importante y no puedo ir a buscarte al aeropuerto, coge un taxi, mi teléfono móvil está encendido, puedes llamarme si tienes una urgencia, en caso contrario, nos vemos por la noche.
¡Teléfono móvil! Lo saco del bolsillo, lo enciendo inmediata¬mente, sue-na varias veces, cada vez mi corazón da un salto, veo en la pequeña pantalla los nombres de personas que me están buscando, pero no atiendo a nadie. Ojalá apareciese un número «sin identificación»; sólo podría ser ella, ya que este número de teléfono está restringido a poco más de veinte personas, que han jurado no pasarlo jamás.
No aparece, todos son números de amigos o de profesionales muy alle-gados. Deben de querer saber qué ha pasado, quieren ayudar (¿ayudar cómo?), saber si nece¬sito algo.

El teléfono sigue sonando. ¿Debo contestar? ¿Debo verme con algunas de estas personas?
Decido permanecer solo hasta entender bien qué está pa¬sando. Llego al Bristol, que Esther siempre describía como uno de los pocos hoteles de París donde los clientes son tratados como huéspedes y no como vagabundos en busca de cobijo. Me salu¬dan como si fuese alguien de la casa, escojo una mesa delante del bello reloj, escucho el piano, miro el jardín allí fuera.
Tengo que ser práctico, estudiar las alternativas, la vida sigue adelante. No soy ni el primero, ni el último hombre que ha sido abandonado por su mujer; pero ¿por qué tenía que pasar un día de sol, con la gente en la calle sonriendo, los niños cantando, con las primeras señales de la primavera, el sol brillando y los conductores respetando los pasos de cebra?
Cojo una servilleta, voy a sacarme todas estas ideas de la ca¬beza y a ponerlas sobre el papel. Vamos a dejar los sentimientos de lado y ver qué debo hacer:

A) Considerar la posibilidad de que realmente haya sido se¬cuestrada, su vida está en peligro en este momento, soy su mari¬do, su compañero de todos los momentos, tengo que mover cie¬lo y tierra para encontrar-la.
Respuesta a esta posibilidad: falta su pasaporte. La policía no lo sabe, pero también faltan algunos objetos de uso personal y una cartera con imágenes de santos protectores, que siempre lleva consigo cuando via-ja a otro país. Ha sacado dinero del banco.
Conclusión: se estaba preparando para marcharse.
B) Considerar la posibilidad de que haya creído en una pro¬mesa que ha terminado convirtiéndose en una trampa.
Respuesta: ha estado en situaciones peligrosas muchas ve¬ces; forma parte de su trabajo. Pero siempre me prevenía, ya que yo era la única persona en quien podía confiar totalmente. Me decía dónde debía estar, con quién iba a entrar en contacto (aunque, para no ponerme en peli-gro, la mayoría de las veces usaba el nombre de guerra de la persona) y lo que debía hacer en el caso de que ella no volviese a una hora de-terminada.
Conclusión: no tenía en mente una reunión con sus fuentes de informa-ción.
C) Considerar la posibilidad de que haya encontrado a otro hombre.
Respuesta: no hay respuesta. Es, de todas las hipótesis, la única que tiene sentido. Pero no puedo aceptarlo, no puedo aceptar que se vaya así de esta manera, sin decirme por lo me¬nos la razón. Tanto Esther como yo siempre nos hemos enorgu¬llecido de afrontar todas las dificul-tades de la vida en común. Hemos sufrido, pero nunca nos hemos men-tido el uno al otro (aunque formaba parte de las reglas del juego omitir algunos ca¬sos extraconyugales). Sé que ella empezó a cambiar mucho des¬pués de conocer al tal Mikhail, pero ¿justifica eso la ruptura de un matrimonio de diez años?
Aunque se hubiera acostado con él y se hubiese enamorado, ¿acaso no iba a poner en la balanza todos nuestros momentos juntos, todo lo que habíamos logrado, antes de partir hacia una aventura sin vuelta? Era li-bre para viajar cuando quisiese, vivía rodeada de hombres, soldados que no veían una mujer desde hace mucho tiempo, yo jamás le pregun-té nada, ella jamás me dijo cosa alguna. Ambos éramos libres y nos enorgullecíamos de ello.

Pero Esther había desaparecido. Había dejado pistas sólo para mí, como si fuese un mensaje secreto: me marcho.
¿Por qué?
¿Acaso merece la pena responder a esta pregunta?
No. Ya que en la respuesta está escondida mi propia incapa¬cidad para mantener a mi lado a la mujer que amo. ¿Vale la pena buscarla para convencerla de que vuelva conmigo? ¿Im¬plorar, mendigar otra oportu-nidad para nuestro matrimonio?
Parece ridículo: es mejor sufrir como ya he sufrido antes, cuando otras personas a las que amé acabaron dejándome. Es mejor lamer mis heri-das, como también hice en el pasado. Pasaré algún tiempo pensando en ella, me convertiré en una persona amarga, irritaré a mis amigos por-que no tengo otro tema de con¬versación que no sea el abandono de mi mujer. Intentaré justi¬ficar todo lo que pasó, pasaré días y noches revi-viendo cada momento a su lado, acabaré por concluir que fue dura conmigo, que siempre he intentado ser y hacer lo mejor. Conoceré a otras mujeres. Al caminar por la calle, a cada momento me voy a cru¬zar con una persona que puede ser ella. Sufrir día y noche, no¬che y día. Esto puede durar semanas, meses, tal vez más de un año.
Hasta que cierta mañana me despierto, me doy cuenta de que estoy pensando en algo diferente y comprendo que lo peor ya ha pasado.
El corazón está herido, pero se recupera, y consi¬gue ver la belleza de la vida otra vez. Ya ha pasado antes, volve¬rá a pasar, estoy seguro. Cuando alguien parte es porque otro al¬guien va a llegar; encontraré otra vez el amor.

Por un momento, saboreo la idea de mi nueva condición: soltero y mi-llonario. Puedo salir con quien quiera, a plena luz del día.
Puedo com-portarme en las fiestas como no me he com¬portado durante todos estos años. La información correrá de prisa, y pronto muchas mujeres, jóve-nes o no tan jóvenes, ricas o no tan ricas como pretenden ser, inteli-gentes o tal vez simple¬mente educadas para decir lo que creen que a mí me gustaría oír, estarán llamando a mi puerta.
Quiero creer que es genial estar libre. Libre otra vez.
Prepa¬rado para encontrar al verdadero amor de mi vida, a aquella mujer que me está esperando y que jamás me dejará vivir otra vez esta situación humi-llante.

Acabo el chocolate, miro el reloj, sé que todavía es pronto para tener esa agradable sensación de que formo parte de la hu¬manidad de nuevo. Durante algunos momentos sueño con la idea de que Esther entrará por aquella puerta, caminando por las bellas alfombras persas, se sentará a mi lado sin decir nada, encenderá un cigarrillo, mirará el jardín interior y me cogerá de la mano. Pasa media hora, durante ese tiempo me creo la histo¬ria que acabo de inventar, hasta darme cuenta de que se trata simplemente de otro delirio.
Resuelvo no volver a casa. Voy a la recepción, pido una ha¬bitación, un cepillo de dientes y un desodorante. El hotel está lleno, pero el gerente lo arregla: acabo en una bonita suite con vistas a la torre Eiffel, una te-rraza, los tejados de París, las luces que se encienden poco a poco, las familias que se reúnen para cenar este domingo. Y vuelve la misma sensación que tuve en los Campos Elíseos: cuanto más hermoso es to-do lo que hay a mi alrededor, más miserable me siento.

Nada de televisión. Nada de cenar. Me siento en la terraza y hago una retrospectiva de mi vida, un joven que soñaba con ser un famoso escri-tor y, de repente, ve que la realidad es completa¬mente diferente; escri-be en una lengua que casi nadie lee, en un país en el que decían que no había lectores. Su familia lo fuerza a entrar en una universidad (cual-quiera sirve, hijo mío, siempre que consigas un título, porque, en caso contrario, jamás podrás ser alguien en la vida). Él se rebela, recorre el mundo durante la época hippie, acaba conociendo a un cantante, com-pone algunas letras de canciones y de repente consigue ganar más di-nero que su hermana, que había escuchado lo que sus padres decían y ha¬bía decidido convertirse en ingeniera química.
Escribo más letras, el cantante tiene cada vez más éxito, com¬pro algu-nos apartamentos, me peleo con el cantante, pero tengo dinero sufi-ciente para pasar los siguientes años sin trabajar. Me caso la primera vez con una mujer mayor que yo, aprendo mu¬cho –a hacer el amor, a conducir, a hablar inglés, a acostarme tarde–, pero acabamos separán-donos porque soy lo que ella con¬sidera un tipo «emocionalmente inma-duro, que vive pendiente de cualquier chica con los pechos grandes». Me caso la segunda y la tercera vez con personas que pienso que me darán estabili¬dad emocional: consigo lo que deseo, pero descubro que la soña¬da estabilidad viene acompañada de un profundo tedio.
Otros dos divorcios. De nuevo, la libertad, pero es simple¬mente una sensación; libertad no es la ausencia de compromi¬sos, sino la capacidad de escoger –y comprometerme– con lo que es mejor para mí.
Continúo la búsqueda amorosa, continúo escribiendo letras.
Cuando me preguntan qué hago, respondo que soy escritor. Cuan¬do dicen que sólo conocen mis letras de canciones, digo que eso es simplemente una parte de mi trabajo. Cuando se disculpan y dicen que no han leído ningún libro mío, explico que estoy tra¬bajando en un proyecto, lo cual es men-tira. En verdad, tengo di¬nero, tengo contactos, lo que no tengo es el co-raje de escribir un libro: mi sueño se ha convertido en posible. Si lo in-tento y fallo, no sé cómo será el resto de mi vida; por eso, es mejor vi-vir pen¬sando en un sueño que enfrentarse a la posibilidad de verlo irse al traste.
Un día, una periodista viene a entrevistarme: quiere saber lo que signi-fica para mí que mi trabajo se conozca en todo el país, sin que nadie sepa quién soy, ya que normalmente sólo aparece el cantante en los medios de comunicación. Bonita, inteligente, callada. Volvemos a en-contrarnos en una fiesta, ya no hay presión del trabajo, consigo llevármela a la cama esa misma noche. Me enamoro, ella cree que fue algo sin importancia. La llamo, siempre dice que está ocupada. Cuanto más me rechaza, más interés siento, hasta que consigo convencerla para que pase un fin de semana en mi casa de campo (aunque fuese la ove-ja negra, ser rebelde muchas veces compensa, era el único de mis ami-gos que a esas alturas de la vida ya había conseguido comprar una casa de campo).
Durante tres días estamos aislados, contemplando el mar, cocino para ella, ella me cuenta historias de su trabajo y acaba enamorándose de mí. Volvemos a la ciudad, empieza a dormir regularmente en mi apartamento. Una mañana, sale más tem¬prano y vuelve con su máquina de escribir: a partir de ahí, sin decir nada, mi casa se va convirtiendo en su casa.

Empiezan los mismos conflictos que tuve con mis mujeres anteriores: ellas siempre buscando estabilidad, fidelidad, yo bus¬cando aventura y lo desconocido. Esta vez, sin embargo, la rela¬ción dura más; aun así, dos años después, pienso que es el mo¬mento de que Esther vuelva a llevar-se para su casa la máquina de escribir y todo lo que vino con ella.
–Creo que no va a salir bien.
–Pero tú me amas y yo te amo, ¿no?
–No lo sé. Si me preguntas si me gusta tu compañía, la respuesta es sí. Sin embargo, si quieres saber si puedo vivir sin ti, la respuesta también es sí.
–Yo no querría haber nacido hombre, estoy muy contenta con mi condi-ción de mujer. Al fin y al cabo, todo lo que esperáis de nosotras es que cocinemos bien. Por otro lado, de los hombres se espera todo, absolu-tamente todo: que sean capaces de mantener la casa, de hacer el amor, de defender a la prole, de conseguir la comida, de tener éxito.
–No se trata de eso: estoy muy satisfecho conmigo mismo. Me gusta tu compañía, pero estoy convencido de que no saldrá bien.
–Te gusta mi compañía, pero detestas estar sólo contigo mis¬mo.
Siem-pre buscas la aventura para olvidar cosas importantes.
Vives pendiente de la adrenalina en tus venas y olvidas que por ellas tiene que correr la sangre, y nada más.
–No huyo de cosas importantes. ¿Qué es importante, por ejemplo?
–Escribir un libro.
–Eso puedo hacerlo en cualquier momento.
–Entonces hazlo. Después, si quieres, nos separamos.



Video
Paulo Coelho/El Zahir





 


A orillas del río Piedra me senté y lloré

Biografía:
Paulo Coelho (Río de Janeiro, 1947) se inició en el mundo de las letras como autor teatral. Después de trabajar como letrista para los grandes nombres de la canción popular brasileña, se dedicó al periodismo y a escribir guiones para la televisión. Con la publicación de sus primeros libros, El Peregrino(1987) y El Alquimista(1988), inició un camino lleno de éxitos que le ha consagrado como uno de los grandes escritores de nuestro tiempo. Publicadas en más de setenta países, sus obras han sido traducidas a treinta y tres idiomas, y ha superado la cifra de quince millones de ejemplares vendidos. Además de recibir prestigiosos premios y menciones internacionales, en 1996 el Ministro de Cultura francés lo nombró Caballero de las Artes y las Letras. En la actualidad, Paulo Coelho reside en Río de Janeiro, donde colabora con la UNESCO en varios programas dedicados a la cultura y la paz. También recibió el premio Cristal Award 1999, que concede el Foro Económico Mundial.

Reseña

A orillas del río Piedra me senté y lloré es la historia de Pilar y un amigo de su infancia, que es ahora seminarista, con el cual se reencuentran y vuelve a nacer el amor, solo que ahora se expresa de una forma distinta. Ellos inician un viaje desde España y se dirigen al Santuario de Lourdes. Deben tomar una gran decisión y ésta es la de seguir un camino en común.
Pilar, ahogada en la desesperación, comienza a relatarnos su historia a orillas del río. Estos dos jóvenes se conocían desde niños, siendo muy amigos, pero el destino los separa. Él se va de la cuidad porque quería recorrer el mundo y ella al tiempo después debe irse para continuar sus estudios superiores.
Ellos mantenían contacto por cartas, hasta que un día Pilar recibió una que le sorprendió mucho. Su amigo la invitaba a una conferencia en la ciudad de Madrid esperando que ella asistiera. Estaba muy confundida, ya que no creía que su amigo de la infancia estuviera dando charlas y asistiera a un seminario.
Cuando se ven, afloran sus sentimientos escondidos; los que no querían reconocer en un principio, pero que fue una gran dificultad para ambos. Inician un largo viaje en el que les cambia la vida. Él poseía el don de curar, pero estaba enamorado de su amiga y empieza a dudar con respecto al camino que había elegido. Pilar tiene miedo de afrontar sus sentimientos, ya que no quería sufrir.
Antes de que él tomara una decisión, ella huye atemorizada de la respuesta que no quería oír. Casi muere congelada, pero una monja la ayuda a recuperarse y le aconseja que se desahogue escribiendo su historia en un papel y que la arrojara a las aguas del río, porque decían que lo que caía ahí se convertía en piedra. Cuando estaba realizando esta acción, llega su amado y deciden seguir un camino en común.

Crítica:
En esta novela, tras la relación entre distintos sexos, descubrimos un fascinante viaje, que es también un himno al amor; además que se adapta muy bien a nuestros tiempos. Deseo comentar la extensión, la temática que me pareció muy interesante y profunda.
Encuentro que la extensión del libro está realmente buena, porque no es extremista, o sea, no es muy detallista ni es muy corta. Los detalles hacen que este relato sea más realista y que uno se concentre en la historia además de sentirse identificada en muchos aspectos; si hubiese tenido más detalles los lectores la habrían encontrado muy larga y aburrida.
En cuanto a la temática, si nos referimos a su tema principal, el amor, esta historia nos enseña que un verdadero amor nos hace felices. Todas las personas tenemos algún miedo y en esta historia se siente el temor de amar sin ser correspondidos o ser rechazados y que nos hagan sufrir, pero uno tiene que sacar valor y arriesgarse y también poner todo de nuestra parte para que resulte lo mejor posible. Si no resulta, bueno, no todo va a ser siempre como queremos, pero no hay que achacarse; otro amor vendrá. Hay que tratar de no ser egoístas y dejar que la persona la cual amamos de verdad sea libre y encuentre su verdadera felicidad.
En los tiempos de hoy en día la gente anda muy estresada y no escucha a su corazón; por eso se viven tantas decepciones. Este relato es muy profundo y deja grandes enseñanzas, así que recomiendo que se den un tiempo para leer esta hermosa novela de amor; sobre todo si estás pasando un mal momento con tu pareja.

Personajes Destacables:
Pilar:
Me encantó su forma de pensar, ya que me sentí identificada muchas veces cuando ella sufría por su amor. Además su valentía al cambiar de personalidad, o sea, a atreverse.

Joven:
Creo que su decisión fue la más correcta, porque siempre ayudó a curar a los demás y ahora era la hora de que él fuera realmente feliz junto a su amada.

Temática:
El tema principal de esta novela es el amor de pareja y las complicaciones que uno debe pasar junto al ser amado. Además se trata del temor del sufrimiento y el rechazo al no ser un amor correspondido o al no ser mutuo. Deja muchas enseñanzas con respecto a tomar una decisión correcta.

Contextualización:
Esta historia está ambientada en los tiempos actuales, es muy reciente, se basa a fines del año 1993 y comienzos del 19994. En España y también los pueblos cercanos a la frontera con Francia. Es una novela fascinante, conmovedora y tierna que nos lleva hacia los misterios de la vida y el amor.


Brida

El don que cada uno lleva dentro.

O qué mujer que tenga diez dracmas, si se le pierde una, no enciende
una lámpara y barre la casa, y la busca cuidadosamente hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas y les dice: "Alegraos
conmigo, que ya encontré la dracma que se me había Perdido".

Lucas 15, 8-9

Advertencia

En el libro Diario de un Mago cambié dos de las Prácticas de RAM por ejercicios de percepción que había aprendido en la época en que lidié con el teatro. Aunque los resultados fuesen rigurosamente los mismos, esto me valió una severa reprimenda de mi Maestro. "No importa si existen medios más rápidos o más fáciles, la Tradición jamás puede ser cambiada", dijo él.
A causa de eso, los pocos rituales descritos en Brida son los mismos practicados durante siglos por la Tradición de la Luna, una tradición específica, que requiere experiencia y práctica en su ejecución. Utilizar tales rituales sin orientación es peligroso, desaconsejable, innecesario y puede perjudicar seriamente la Búsqueda Espiritual.

Paulo Coelho

PRÓLOGO

Nos sentábamos todas las noches en un café, en Lourdes. Yo, un peregrino del Sagrado Camino de Roma, que tenía que andar muchos días en busca de mi Don. Ella, Brida O'Fern, controlaba determinada parte de este camino.
En una de esas noches resolví preguntarle si había experimentado una gran emoción al conocer determinada abadía, parte del camino en forma de estrella que los Iniciados recorren en los Pirineos.

-Nunca estuve allí -respondió.
Me quedé sorprendido. Al fin y al cabo, ella ya poseía un Don.
Todos los caminos llevan a Roma-dijo Brida, usando un viejo proverbio para indicarme que los Dones podían ser despertados en cualquier lugar-. Hice mi Camino de Roma en Irlanda.
En nuestros encuentros siguientes, ella me contó la historia de su búsqueda. Cuando terminó, le pregunté si podría, algún día, escribir lo que había oído.
En un primer momento ella asintió. Pero, cada vez que nos encontrábamos, iba colocando un obstáculo. Me pidió que cambiase los nombres de las personas involucradas, quería saber qué tipo de gente lo leería y cómo reaccionarían.

-No puedo saberlo -respondí-, pero creo que ésta no es la causa de tu preocupación. -Tienes razón -dijo ella-. Es porque creo que es una experiencia muy particular. No sé si las personas podrán sacar algo provechoso de ella.

Éste es un riesgo que ahora corremos juntos, Brida. Un texto anónimo de la Tradición dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: Construir o Plantar. Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
Pero existen los que plantan. Éstos a veces sufren con las tempestades, las estaciones y raramente descansan. Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero, también permite que, para él, la vida sea una gran aventura.
Los jardineros se reconocerán entre sí, porque saben que en la historia de cada planta está el crecimiento de toda la Tierra.

EL AUTOR


Resumen

Brida”
 
Paulo Coelho nació en Río de Janeiro, Brasil, en el año 1947. Es hijo de Pedro, un ingeniero de clase media y de Lydia, ama de casa.
Coelho se inició en el mundo de las letras como autor teatral. Después de trabajar como letrista para los grandes nombres de la canción popular brasileña, se dedicó al periodismo y a escribir guiones para la televisión. Con la publicación de sus primeros libros, El Peregrino de Compostela (Diario de un mago) (1987) y El Alquimista (1988), Paulo Coelho inició un camino lleno de éxitos que le ha consagrado como uno de los grandes escritores de nuestro tiempo.
Publicadas en más de ciento cincuenta países, las obras de Paulo Coelho han sido traducidas a cincuenta y seis idiomas, con más de cuarenta y tres millones de libros vendidos. Además de recibir destacados premios y menciones internacionales, en 1996 el ministro de Cultura francés lo nombró Caballero de las Artes y las Letras. Es consejero especial de la Unesco para el programa de convergencia espiritual y diálogos interculturales. En 1999 recibió el Premio Crystal Award que concede el Foro Económico Mundial, la prestigiosa distinción Chevalier de l'Ordre National de la Légion d'Honneur del gobierno francés y la Medalla de Oro de Galicia. Su obra literaria es lectura recomendada en varias universidades y desde octubre de 2002 es miembro de la Academia Brasileña de las Letras.
Así como la travesía por el Camino de Santiago inspiró a Coelho para escribir El Peregrino, la marcha por el Camino de Roma le inspiró Brida. En esta obra relata la historia real de una bella joven irlandesa que quería ser bruja, pero junto a su búsqueda, descubrió que el amor es realmente el único miedo para alcanzar el mundo espiritual y que nos transfigura, porque cuando amamos, queremos ser mejores de lo que somos.
“Brida” es un libro de hechicería, brujería, es el descubrimiento del don que cada persona lleva dentro. Su temática gira alrededor de la historia de una muchacha de veintiún años que quería ser bruja, y lo consiguió, pero para hacer realidad su sueño, tuvo que superar muchos obstáculos. Es por eso que escogí esta obra. Porque la historia de esta chica, Brida, por conseguir lo que quiere, es parecida a la trayectoria de cada persona día tras día, para conseguir lo que están buscando y no logran conseguir. Y me parece interesante la manera que el autor Paulo Coelho escribe sobre esta aventura.

Marco Teórico
 
“Brida” relata la historia de una joven irlandesa de veintiún años que quería aprender ser bruja. Para lograr esto, va al bosque a encontrarse con El Mago. Desde el momento que este la vio, sabia que estaba parado en frente de su Otra Parte, pero ella no lo sabría hasta que sus conocimientos fueran suficientes, y para esto faltaba tiempo. Brida se presento. Le dijo al mago su edad y el por que ella quería aprender magia. Pero la magia no es solo no es solo para averiguar las respuestas que pocos seres humanos consiguen encontrar en su vida, ni tampoco por que evoca un pasado romántico. La magia es un puente que permite ir del mundo visible hacia el invisible, y aprender las lecciones de ambos mundos. Ella debía aprender era como cruzar ese puente y para hacer esto habían dos formas: La Tradición del Sol, que enseña los secretos a través del espacio, de las cosas de nos rodean. Y la Tradición de la Luna, que enseña los secretos a través del Tiempo, de las cosas que están presas en su memoria. Brida decide estudiar sobre la Tradición de la Luna. Pero tenia que tener claro que el camino de la sabiduría era no tener miedo de errar. La primera prueba que le hizo El Mago fue dejarla sola en el bosque durante la noche, para que así pudiera descubrir la Noche Oscura.
El día después de que paso sola en el boque descubriendo la Noche Oscura, fue a la librería de Dublín y le hablo al librero un poco acerca de su reciente aventura. El reconoció de inmediato que ella tenia un Don, pero le pareció extraño que el Mago de Folk se interesase tanto. Por lo que le dio la dirección de Wicca, una maestra de magia.
Brida fue a donde vivía Wicca, en un edificio viejo en el centro de la ciudad y así la conoció. Le explico como conoció la noche oscura el otro día en el bosque, con el Mago extraño que vivía ahí. Wicca le comento muchas cosas que Brida no lograba entender, pero por lo general, cada vez que preguntaba algo, la hechicera no se dignaba a responder, y su lo hacia, las respuestas eran vagas y no muy detalladas.
Brida tenia novio. Se llamaba Lorens, y era científico. Llevaba ya un tiempo de estar con él, y consideraba que se amaban. Lorens al principio no creía mucho en la brujería, o mejor dicho, no se interesa mucho en estos temas, por que por vocación lo que a el le interesa es la creación de las cosas, buscar respuestas científicas a las preguntas de la naturaleza y de las cosas existentes. Pero aunque no creyera en la brujería, siempre apoyo a Brida en su búsqueda, no la critica y respeta plenamente su criterio.
Brida sigue al pie de la letra las instrucciones designadas por Wicca. Supera los obstáculos que se interponen en su camino. Consigue bailar el ritmo de la vida, leer las cartas de Tarot, descubre que entregarse personalmente a una alguien (en este caso Wicca) es mucho más sencillo a que si le dicen como se debe vestir (con que ropa), acompaña a Wicca a hacer rituales e incluso participa en ellos de vez en cuando, tiene visiones, conoce acerca de sus antepasados y de sus otras vidas. Y llega a un punto en su búsqueda en el que solo le falta superar un obstáculo para lograr conseguir lo que buscaba. Este obstáculo era encontrar una fuerza que solo se manifiesta en el sexo, por que era solo en ese momento cuando los cinco sentidos se unían a la hora del orgasmo y las personas lograban ser realmente ellas mismas, sin nada que esconder. Una vez superado este reto, podía llevarse a cabo la Iniciación y así poder ser bruja y terminar de conseguir sus requisitos para ser parte de la tradición de la luna.
Para responder algunas de sus dudas acerca de este último reto, Brida fue a consultarle al Mago de Folk. Este le explico que toda la relación del hombre con el mundo se hace a través de los cinco sentidos. Sumergirse en ele mundo de la magia es descubrir sentidos desconocidos, y el sexo nos empuja hacia algunas de estas puertas. El sexo tiene vida propia. A partir del momento en que comienza, ya no se puede controla, y es él (el sexo) el que pasa a controlarnos.
Un día Lorens la llamo por la mañana para que fueran a dar un paseo a un lugar fuera de la ciudad. Iban caminando entre senderos estrechos. Tan estrechos que no podían caminar uno a la par del otro. Por lo que Lorens iba adelante y ella atrás. Después de un largo tiempo de caminata, se sentaron a descansar y Brida le dijo que quería hacer el amor ese mismo día en ese preciso momento. Al principio el lo dudo un poco, por miedo a que alguien pasara por ese mismo sendero en ese momento, pero después de un tiempo, el acepto.
Después de lograr superar su ultimo obstáculo, Brida le contó muy contenta a Wicca, pero ella no mostró mucho interés, solo le dijo que ya estaba preparada para la Iniciación y luego cambio de tema y le pidió a Brida que la acompañara hacer unas comparas en el centro de Dublín.
Otro día, Brida invito al mago a un bar cerca del bosque donde el vivía. El acepto la invitación y asistió a la cita. El objetivo de Brida era pedirle disculpas por buscarlo cada vez que lo necesitaba, pero después de muchas copas de vino, su objetivo se comenzó a ver borroso, y se fue desviando de su propósito principal. Mientras el tiempo pasaba y el vino más le iba afectando, la joven se dio cuenta de que el punto de haber invitado al Mago era simplemente por que quería estar con el, ya que disfrutaba cuando estaban juntos y le gustaba tener su compañía. Esa noche, después de varias conversaciones, terminaron en un campo de trigo, en donde ella abrió un ritual en el que ambos participaron. Durante esta noche Brida se dio cuenta del brillo que había en los ojos del Mago, y del punto amarillo que había sobre su hombro izquierdo (dos características que se presentan cuando uno reconoce a la Otra Parte). Esa noche hicieron el amor en campo de trigo y Brida lo invito a participar de la fiesta de la Iniciación.
Llega el momento de la fiesta que Brida estaba esperando. Al principio se desilusiono porque pensó que iba hacer diferente pero todo el mundo se estaba embriagando y no mostraban el respeto que ella pensó que se iba a solicitar. Fue con Lorens, pero estaba esperando con impaciencia el momento en el que el Mago llegara. Cuando este lo hizo, ella se olvido por completo de que estaba aburrida y desilusionada, además de que el punto de esta fiesta era que todo el mundo estuviese feliz, y esto era lo que estaba sucediendo.
Brida estaba demasiado confundida de a quien amaba más, si a Lorens, o a su Otra Parte. Pero llega a la conclusión de que quiere quedarse con Lorens, porque estaba segura que con el iba a ser feliz, pero con respecto a su otra parte, por mas que no estén juntos, sabia que espiritualmente estarían siempre unidos, porque pertenecían a una misma parte .
Tema central
 
 
Brida, era una joven que con la ayuda de un Mago y de una Hechicera, que encontró el sentido de su vida a través de la magia. Descubrió que existían otras vidas o reencarnaciones, que cada persona tiene antepasados, pero sobre todo se dio cuenta que existe una “Otra Parte” para todo el mundo. También descubrió que cada persona tiene un Don, y a lo largo de su camino se dio cuenta que el Don cada uno lo lleva dentro. En todo su viaje, Brida adquiere un mejor conocimiento sobre sus anhelos, miedos, inquietudes, etc.
El libro gira en torno a la importancia que es el amor en la vida y como este nos hace ser una persona mejor.
Brida tuvo fe en ella misma, venció los obstáculos que se pusieron en su camino y logró llegar a su meta: ser una bruja.
 
 
Ideas Secundarias
 
1.          Brida a lo largo de su vida había tenido muchos amores, que la habían desilusionado y la habían hecho pensar que no podía ser feliz. En la historia, ella es novia de Lorens, y durante un tiempo piensa que el es su Otra Parte, pero después se da cuenta que no lo es. Encuentra a su verdadera Otra Parte, que era el Mago de Folk, pero decide quedarse con Lorena por que sabe que va a poder ser feliz a su lado. Él estuvo a su lado durante toda su búsqueda. Y aunque vean la vida desde diferentes perspectivas, fue con él que ella descubrió la importancia que tiene el amor en la vida del el ser humano.
 
2.          Cuando el momento en el que Brida iba ser aceptada como bruja, ya la Iniciación se acercaba, y solo le quedaba un ritual por cumplir. Este era más difícil que todos los que ya había hecho antes, pero a la vez era vital para concluir su búsqueda. Brida tiene que enfrentarse con una fuerza que solo se da en el sexo, ya que es en ese acto cuando uno muestra como realmente es. Lo único que ella tenia que hacer cuando se enfrentara a este acto era utilizar todo el tiempo sus cinco sentidos, porque si estos llegan juntos en el momento del orgasmo, Brida estará lista para la Iniciación. Ella pudo superar este último ritual, un día que salió de paseo con Lorens por unos senderos fuera de la cuidad, un día de invierno.
 
3.          Desde el inicio, Brida sabia que durante su trayectoria, tenia que descifrar muchos misterios de su vida y entre esos misterios, tenia que reconocer a su Otra Parte, y identificar su Don. Ella descubrió quien era su Otra Parte una noche que invito al Mago de Folk a un bar fuera de la ciudad, cerca de donde vivía el Mago para darle las gracias por toda su ayuda. En esa noche ellos hicieron un ritual donde ella pudo ver el brillo en lo ojos de él y el punto amarillo que se ve en el hombro izquierdo de la Otra Parte. Al final de la historia, el Mago y Brida no quedan juntos, pero siempre de alguna manera espiritualmente lo estarían, ya que en una vida pasada, ellos dos fueron parte de una misma persona.

 
Conclusiones
 
 
Brida es la historia de una joven que logro llegar a su meta. A pesar de todos los obstáculos que tupo que superar, tuvo la fortaleza de seguir adelante. Muchas veces creyó que no era capaz, y pensó en dejar de luchar, pero sin embargo nunca lo hizo. Siempre siguió adelante hasta obtener lo que buscaba.
Durante su búsqueda, se dio cuenta que el amor es lo mas importante. Y al final, tuvo que decidir entre su Otra Parte y el hombre al que amaba. Pero sus fuerzas interiores la hicieron seguir su corazón y quedarse con ese hombre, Lorens, ya que el estuvo ahí, apoyándola durante todo el tiempo, dejando de lado sus diferentes opiniones y creencias, y respetando que era lo que ella quería. Y por otro lado, dejó a su Otra Parte, que era lo que desde el principio buscaba encontrar. Pero lo que la ayudo a decidir fue el sentimiento de que El Mago y ella compartían un antepasado común, eran parte de lo que fue una sola parte alguna vez en la vida y por eso, espiritualmente siempre estarían juntos.
En este libro, el autor, Paulo Coelho, toma como protagonista a una mujer, Brida, como ejemplo de una típica persona con inquietudes e inconformidad sobre su vida. Una joven que lucha hasta conseguir lo que quiere y así logra resolver algunas de las misteriosas preguntas de la vida.
Brida es una es una persona que posee todo lo que en una sociedad actual se considera lo vital para lograr ser feliz: un trabajo, una pareja, inquietudes académicas; pero sin embargo, no se siente llena, busca algo más, algo espiritual. 
Considero que Coelho quiere con esta obra, dejar como enseñanza que no solo se necesitan cosas materiales para ser feliz, sino que lo que se ocupa es un buen sentimiento una buena conformidad espiritual.
         Hacer un análisis de una obra de mi propia escogencia me trajo una experiencia completamente nueva. En lo personal disfrute mucho esta historia y logre aprender un poco acerca de algunas de los sentimientos de la vida. También me hizo pensar que la vida siempre pone obstáculos en el camino, para que la gente los supere y así logren mejorarse poco a poco e ir conociéndose mejor. Estoy de acuerdo con la teoría de que el don de cada persona esta dentro de cada una y que el amor es el mejor reto para superación personal, porque cuando alguien lo encuentra, quiere ser mejor y mejor para satisfacer a su amado, o simplemente para sentirse bien personalmente.
 

 

El Alquimista

La historia trata de un muchacho que decide ser pastor, con todo y eso que el papa quería que fuese sacerdote, pero el tenia un sueño el cual era el de viajar por el mundo y conocer ciudades y gente nueva, por eso decidió ser pastor...

La historia comienza con el muchacho acostado después de un largo viaje. En eso tiene un sueño el cual se le a repetido en noches anteriores, en el sueño el veía a una criatura fastidiando a sus ovejas, al muchacho no le gusta que molesten a sus ovejas, y luego la criatura lo toma de la mano, lo lleva a las pirámides de Egipto y encuentra un tesoro.

Luego el recuerda que ya estaba cerca de la ciudad de tarifa, en la cual, el año pasado había conocido a una mujer que le había gustado mucho y esto lo tenia entusiasmado mucho, se la pasaba pensando que era lo que iba a hacer cuando viera a esta mujer, como hacer para impresionarla y hasta tenia pensado pedirle la mano.

En eso el se levanta y decide seguir su viaje, para antes de llegar a la ciudad pasa por donde se encuentra una vieja que es capaz de descifrar los sueños. Al llegar con la vieja, le cuenta su sueño y esta le dice que se trata de un tesoro que el esta encaminado a encontrarlo. El mismo día se encuentra a un anciano en la plaza mientras el leía un libro, este se pone a hablar con el muchacho; en el principio el pastor no le tomo mucho enteres pero el viejo lo sorprendió cuando le nombro cosas privadas que el pastor solo conocía. El anciano le hablo sobre el sueño, y le dijo que le mostraba el camino hacia Egipto a cambio de 6 de sus ovejas, el pastor acepta y el anciano le da dos piedras muy hermosas y le dice que las utilice cuando no tenga una decisión tomada, también añadió que el iba a encontrar señales que lo iban a conducir el tesoro pero que solo las ve cuando persigue un solo fin.

Finalmente el muchacho se dirige hacia África en busca de Egipto y llega a la ciudad de Tánger, en el cual se ve estafado por una persona que el consideraba como buena. Ahora el se encontraba sin dinero, y decide trabajar con un mercantilista en el cual el pudo ver en sus ojos que era una persona que estaba haciendo lo que quería.

Trabajo con este señor un año, hizo de todo para lograr el éxito, cosas como limpiar los jarrones, poner estantes en la parte de afuera para exhibir los cristales que se están viviendo y vender té en parte mas alta de la colina, hasta recaudar los fondos suficientes para comprar ovejas y un boleto de vuelta para su tierra. Al pasar el año se dio cuenta que había obtenido mas de lo que el esperaba y luego de una platica con el dueño de la tienda se decidió por seguir buscando su historia personal o mas bien su tesoro. Y partió al desierto.

En la caravana se encontró con un ingles que iba en busca de su historia personal, la cual era conocer a un alquimista y aprender de él... después de largas noches en el desierto, encontraron un oasis el cual le sirvió de refugio por una guerra que había en el desierto. Allí en el oasis conoció a una mujer la cual sintió amor por ella y ella también por él. Paso muchas noches en al oasis y conoció al alquimista el cual le explico lo importante de seguir la historia personal para poder alcanzar la felicidad verdadera.

El alquimista le propuso al muchacho que lo acompañaría hasta las pirámides para que el hiciera su propia historia personal, al muchacho acepto. Durante el camino hacia las pirámides, el alquimista le iba enseñando muchas cosas sobre el lenguaje del universo y sobre como escuchar a tu corazón, el muchacho fue aprendiendo.

Un día en medio del desierto, aparecieron unos militares los cuales los capturaron y se los llevaron para su campamento, hay los tuvieron presos y le perdonaron la vida con la condición de que el muchacho demostrara que se podía convertir en viento. El muchacho tuvo que charlar con el desierto, con el viento, con el sol y con la Dios para poder lograr convertirse en viento, en ese proceso aprendió el lenguaje de las cosas, y lo consiguió, los dejaron libres.

Faltando ya oras para llegar a las pirámides, se encontraron con un monasterio en el cual el alquimista transformo el plomo en oro dándole en trozo a cada uno (al muchacho, el monje y a él). Luego partieron pero esta ves cada uno por su lado, al alquimista fue de regreso para el oasis y el muchacho hacia las pirámides.

En el viaje, el muchacho se encuentra con una duna gigantesca el llegar a la cima de esta vio las pirámides y unas señales le dijeron que excavara en la punta de esa duna. Mientras excava se acercaron unos asaltantes los cuales le pegaron casi hasta matarlo, y en esa momento el confeso que estaba buscando un tesoro que le había aparecido en sus sueños y uno de los tipos le dijo que él había tenido un sueño con un tesoro en el monasterio que el había visitado antes de llegar a las pirámides, y lo dejaron en paz, se quedo contemplando las pirámides y sonrió.

Luego volvió al monasterio y le contó todo al monje, el muchacho se acordó de lo que el tipo le había dicho y empezó a cavar en el monasterio. Luego de largo rato se topo con algo duro y al sacarlo vio que era un cofre que tenia en su interior muchas monedas de oro, coronas y otras cosas de gran valor. Y en ese momento se dio cuenta que había encontrado el tesoro.




 

Video
Entrevista a Paulo Coelho

Primeira parte do especial de 18 anos do programa do jô soares.
Trechos de entrevistas e participações de chico buarque, patrick swayze, jean-claude van damme, paulo coelho, ulysses guimarães, zé vasconcellos, jethro tull, roberto marinho, francisco milani e ayrton senna.




Video
Entrevista a Paulo Coelho
PCFC - Paulo Coelho & El Loco De La Colina




 

PAULO COELHO

 

Biografía


El escritor brasileño PAULO COELHO nació en 1947 en la ciudad de Río de Janeiro. Hasta dedicarse en exclusiva a la literatura, trabajó en el teatro como director y actor y fue también compositor musical y periodista.

PAULO COELHO escribió letras de canciones para algunos de los artistas más importantes de la música brasileña, como Elis Regina o Rita Lee. En este sentido, alcanzaron gran popularidad sus colaboraciones musicales con Raul Seixas, gracias principalmente a éxitos como Eu nasci há dez mil anos atrás, Gita o Al Capone, por citar unas pocas de entre las más de 60 composiciones realizadas en conjunto con el gran mito del rock brasileño.

Su curiosidad y fascinación por el mundo de lo espiritual (que encuentran su origen en la época en la que recorría el globo al más puro estilo hippie) le llevaron a una serie de experiencias en sociedades secretas, religiones orientales, etc.

En 1982, él mismo editó su primer libro, Arquivos do Inferno, que pasó desapercibido. En 1985 participó en el libro O Manual Prático do Vampirismo, que más adelante mandaría retirar por considerarlo, según sus propias palabras, "de mala calidad".

Un año después, PAULO COELHO realizó la peregrinación del Camino de Santiago, experiencia que describiría en El peregrino de Compostela (Diario de un mago). Fue en 1988 cuando publicó El Alquimista, que a pesar de sus lentos y difíciles primeros momentos (su primer editor acabó desistiendo), llegaría a ser el libro brasileño más vendido de todos los tiempos. Posteriormente escribió Brida (1990), Las Valkirias (1992), A orillas del río Piedra me senté y lloré (1994), una antología de las mejores columnas publicadas en la Folha de São Paulo, Maktub (1994), una recopilación de textos de su autoría titulada Frases (1995), La Quinta Montaña (1996), Manual del guerrero de la luz (1997), Veronika decide morir (1998), El demonio y la señorita Prym (2000), la colección de cuentos tradicionales Histórias para pais, filhos e netos (2001), Once minutos (2003), El Zahir (2005) y la recopilación de textos Ser como el río que fluye: relatos 1998-2005 (2006), libro publicado por el momento en escasos países.

Realizó también la adaptación de El don supremo (de Henry Drummond) y de Cartas de amor del profeta (de Khalil Gibran).

PAULO COELHO ha vendido hasta el momento un total de 85 millones de ejemplares y, según la revista norteamericana "Publishing Trends", fue el autor más vendido del mundo en 2003 con el libro Once Minutos, y eso sin haber sido publicado aún en EE.UU., Japón y otros diez países, donde sería lanzado sólo al año siguiente. En todos los países en los que fue publicada, esta obra se situó en el primer lugar entre las más vendidas, excepto en Inglaterra, donde llegó al segundo puesto. Además, en la misma lista de los libros más vendidos del mundo en 2003, El alquimista ocupó el sexto lugar. Por su parte, El Zahir (2005) alcanzó la tercera posición de los más vendidos, según también Publishing Trends, sólo por debajo de el Código Da Vinci, y Ángeles y demonios, ambos de Dan Brown .

 El alquimista fue uno de los fenómenos literarios más importantes del siglo XX, alcanzando el primer lugar de los superventas en 18 países y vendiendo, hasta hoy, 30 millones de ejemplares. Elogiado por personalidades tan diversas como el Nobel de literatura Kenzaburo Oe o la cantante Madonna (que lo considera su favorito), ha inspirado varios proyectos, como un musical en Japón y obras teatrales en Francia, Bélgica, EE.UU., Turquía, Italia y Suiza. La obra es ahora tema de dos sinfonías (en Italia y EE.UU., respectivamente), y fue ilustrada recientemente por el famoso dibujante Moebius (creador de los escenarios de El quinto elemento y Alien, por citar dos de sus trabajos).

PAULO COELHO ha sido traducido a 65 lenguas y ha sido publicado en más de 150 países.

PAULO COELHO es:

Miembro de plantel del Instituto Shimon Peres Para la Paz
Consejero Especial de la UNESCO para "Diálogos Interculturales y convergencias espirituales”
Miembro de la directiva de la Schwab Foundation for Social Entrepreneurship
Miembro de la Academia Brasileña de Letras

Principales premios y condecoraciones:

Distinction of Honour from the City of Odense (Hans Christian Andersen Award) (Denmark 2007)
Las Pergolas Prize 2006 by the Association of Mexican Booksellers (ALMAC) (Mexico 2006)
“I Premio Álava en el Corazón" (España, 2006)
“Wilbur Award” (Estados Unidos, 2006)
Premio Kiklop por El Zahir en la categoría “Hit of the Year” (Croacia, 2006)
Premio “DirectGroup Inrternational Author” (Alemania, 2005)
“Goldene Feder Award” (Alemania, 2005)
“The Budapest Prize” (Hungría, 2005)
“Order of Honour of Ukraine” (Ucrania, 2004)
"Order of St. Sophia" (Ucrania, 2004)
“Nielsen Gold Book Award" por El Alquimista (Inglaterra, 2004)
Premio “Ex Libris Award” por el libro Once Minutos (Serbia, 2004)
Premio “Golden Bestseller Prize” del periódico "Večernje Novosti" (Serbia, 2004)
Oficial de Artes y Letras (Francia, 2003)
Premio Bambi de Personalidad Cultural del Año (Alemania, 2001)
Premio Fregene de Literatura (Italia, 2001)
Crystal Mirror Award" (Polonia, 2000)
"Chevalier de L'Ordre National de la Legion d'Honneur" (Francia, 2000)
“Golden Medal of Galicia” (España, 1999)
"Crystal Award" World Economic Forum (1999)
"Comendador de Ordem do Rio Branco" (Brasil, 1998)
Finalista del "International IMPAC Literary Award" (Irlanda, 1997)
"Golden Book" (Yugoslavia 1995, 1996, 1997 y 1998)
“Super Grinzane Cavour Book Award” (Italia, 1996)
"Flaiano International Award" (Italia, 1996)
"Knight of Arts and Letters" (Francia, 1996)
"Grand Prix Litteraire Elle" (Francia, 1995)

En titulares

PAULO COELHO entró en el Libro Guiness de los Récords como el autor que firmó más libros de ediciones diferentes (el 9 de octubre de 2003, en la Feria del Libro de Frankfurt).

La comunidad noruega de Arendal ofreció El Alquimista a todos sus funcionarios públicos con el objetivo de estimular un nuevo tipo de pensamiento.

Varios cursos de MBA, como The Graduate School of Business of the University of Chicago, recomiendan la lectura de El Alquimista en su currículo. Esta obra fue también adoptada por escuelas de Francia, Italia, Portugal, Brasil, Taiwán, Estados Unidos, España, etc.

La edición de El Alquimista ilustrada por Moebius ya ha sido publicada en varios países.

El libro El Alquimista ha sido adoptado por escuelas de más de treinta países. En Francia, Argentina, México y España se prepararon ediciones especiales para alumnos.

Tres títulos de PAULO COELHO figuraron a la vez en las listas de los más vendidos en Francia, Brasil, Polonia, Suiza, Austria, Argentina, Grecia, Croacia y Rusia.

Su Santidad el Papa Juan Pablo II recibió al autor en el Vaticano en 1998.

El Foro Económico Mundial distinguió al autor con su premio más importante: el Cristal Award

En marzo de 2000, el gobierno francés concedió al autor su más prestigiosa distinción: "Chevalier de L'Ordre National de la Legion d'Honneur".

En enero de 2001, entró a formar parte de la Directiva de la Schwab Foundation for Social Entrepreneurship, que destaca proyectos dirigidos a la responsabilidad social.

La vida de PAULO COELHO ha sido objeto de documentales para la televisión irlandesa (Seven Days - a Journey with Paulo Coelho), y japonesa (The road of Kumano, en febrero, The Road of Santiago, en septiembre), y para los canales People & Arts (Paulo Coelho, o alquimista da palavra), A&E Mundo, TV Prima, etc.

En 2005, el Hotel Bristol dedicó a PAULO COELHO su chocolate caliente con naranja como reconocimiento por haber mencionado este hotel en su libro más reciente, El Zahir.

En marzo de 2006, el autor dio inicio a una nueva peregrinación por el Camino de Santiago, concediendo autógrafos por sorpresa en varias ciudades. Luego, en los siguientes noventa días, el autor prosiguió su viaje por el mundo, realizando el recorrido del famoso tren Transiberiano hasta Vladivostock.
 

El demonio y la Señorita Prym

Después de 15 años de salir diariamente a la puerta, sentarse a observar, meditar y hablar de como era todo en su juventud, la señora Berta presenció la llegada a su pueblo del que sin duda alguna sería el demonio.

El forastero se registró en el hotel como un ciudadano procedente de Buenos Aires, Argentina y se atrevió hasta indicar el nombre de la calle en donde vivía (Colombia). En menos de dos horas los 281 habitantes de Viscos conocían la presencia del forastero en el pueblo, su procedencia y hasta su nombre (Carlos). Al día siguiente el visitante se presentó con una chica de nombre Chantal a quien le enseñó los 11 lingotes de oro, le contó que los datos del registro eran falsos y le prometió la riqueza de ella y todos lo habitantes de Viscos si alguien se atrevía a matar a otro sin importar a quién.

Los habitantes de Viscos se familiarizaron con los acostumbrados paseos que el extranjero realizaba en las mañanas, por las montañas y en las tardes alrededor del pueblo, sabían que era el primer cliente en llegar a hotel y que no escatimaba gastos en los relacionado con su alimentación y las bebidas. También consiguió admiradores especialmente en el bar en donde acostumbraba a pedir licor por su cuenta para todos los allí presentes y porque contaba historias, verdaderas o falsas que descrestaban a sus oyentes; aunque no tanto a Chantal que por el contrario sentía rabia por sus coterráneos que estúpidamente se creían inferiores a todo forastero que decía venir de las grandes ciudades, sin darse cuenta de su importancia, de que gracias a los alimentos que ellos producían con su esmerado y honrado trabajo los ciudadanos de todo el mundo podían alimentarse.

Todos se sentían entusiasmados con las historias del forastero y en especial como Da Vinci pintó el cuadro de la última cena de Jesús.

Chantal seguía muy inquieta por la propuesta que el hizo el extranjero cuando le enseñó los lingotes de oro y en las noches le costaba mucho trabajo conciliar el sueño enfrentando las posibilidades de robarse un lingote, para tener todo lo necesario por el resto de su vida sin tener que trabajar o seguir viviendo pobre y en libertad como todos los habitantes de su ciudad. Recordaba la historia de san Sabino y el bandido árabe llamado Ahab.

Definitivamente Chantal no podía dormir en paz desde que la seductora mano del mal le acaricio su rostro. Para ello tanto el como el bien tenían el mismo rostro, solo dependían de la época en que se cruzaban en el ser humano. El hecho de ser la única del pueblo en saber todo lo que le había dicho y mostrado el forastero le generaría un gran cambio en su existencia. Sentía que no era la misma.

En su recorrido por el pueblo o sus alrededores meditaba constantemente sobre su situación actual; se sentía abandonada por todos y hasta maldecía a su madre por haberla abandonado a la hora de su nacimiento y contra su abuela porque le había enseñado ser buena y honesta.

Hizo una pausa y se sentó junto a la puerta de la señora Berta para atender su invitación, y allí hablaron un rato del estado del tiempo del extranjero, de la caza, del aullido del lobo la noche anterior y hasta escuchó por enésima vez de labios de la viuda como había ocurrido el accidente en donde su esposo perdió la vida.

La señora Berta, a pesar de su soledad, conocía, o mejor “veía” todo y a todos lo que se movían a su alrededor. Conocía con tanta precisión a Viscos y a sus habitantes que muchos de estos comentaban que era una bruja y que las brujerías las había aprendido del mismo demonio durante el año que permaneció encerrada en su casa, después de la muerte de su esposo. Otras personas opinaban que las había aprendido de un druita celta, cuando en realidad su manera de “ver” lo aprendió de tanto permanecer sentada en la silla frente a su casa, observando, conversando mentalmente con su difunto esposo y hablando con las personas que se le acercaban.

Aquella noche cuando Chantal cobró al extranjero la cuenta de la acostumbrada ronda que pedía para todos los presentes, recibió junto con el dinero un papelito que guardo en su bolsillo y a pesar del forastero la interrogaba con su mirada, ella sólo lo leyó cuando llegó a su casa. Se trataba de una cita privada en el lugar en donde se habían conocido, rompió el papel y lo echó por la taza del sanitario, se sintió feliz de tener controlado a su enemigo y se acostó, se quedó profundamente dormida, cosa que no lograba desde cuando se conoció con el extranjero.

Al día siguiente cuando el extranjero llegó al lugar de la cita la señorita Prym ya estaba allí y bien empapada porque estaba lloviendo. Esta le pidió al recién llegado no hablar del tiempo pues era claro que estaba lloviendo, lo invitó para conversar en un lugar más tranquilo, se levantó y llevó consigo una bolsa en donde portaba una escopeta.

El extranjero le preguntó si querría matarlo y ella respondió que sí, pero que no sabía si sería capaz de hacerlo. Sin embargo el motivo principal por el cual llevaba la escopeta era la de matar el lobo maldito que la noche anterior había estado rondando por ahí.

Después de discutir mucho acerca del famoso lobo, del día que jamás llega y del lingote de oro, Chantal sacó la escopeta de la chuspa, la cargó y apuntó directamente al extranjero dispuesta a matarlo. Pero no pudo hacerlo y bajando el arma se la entregó a su enemigo para que este la matara, él la recibió y apuntó firmemente con ella a Chantal quien desconcertada por la habilidad y firmeza con que era amenazada estaba a punto de pedirle perdón por haberlo desafiado, pero en ese momento el extranjero dejó de apuntarle, le hizo saber que se dio cuenta del mucho miedo que ella sintió y le contó de como él había sido un gran comerciante de armas y de cómo le habían secuestrado a su esposa y sus dos hijas quienes habían muerto junto con los secuestradores en la operación de rescate.

Lo más triste es que su familia había sido ejecutada con las mismas armas de su propia fábrica. También quería que ella le robara el lingote de oro porque, según él así aprendería a distinguir entre el Bien y el Mal y por que era un hombre que caminaba por la tierra en compañía de un demonio para alejarlo a aceptarlo de una vez por todas, necesitaba encontrar la respuesta a algunas preguntas.

El viernes en la noche y cuando el bar estaba totalmente lleno, la Srta. Prym hizo sonar un vaso de vidrio golpeándolo con un tenedor, para llamar la atención de los presentes y pedirles silencio porque les iba a contar dos historias; una que todos los habitantes de Viscos conocían, pero no el extranjero y otra que conocía el extranjero, pero ninguno de las habitantes del pueblo.

La primera se trataba de cómo Ahab hizo construir en la plaza del pueblo una horca con todo lo necesario para realizar ejecuciones y de cómo el día de su inauguración pronunció unas leyes que defendían a los campesinos, estimulaban la crianza de ganado, la monta de nuevos negocios y exigía el trabajo honrado, de lo contrario deberían marcharse del pueblo.

No mencionó ni una sola vez el “monumento” que acababa de inaugurar. Ahab no creía en amenazas.

Después de diez años y sin que se haya ejecutado a alguien, la horca fue desmontada y con la madera de esta se construyó la enorme cruz que hoy se encuentra en la plaza.

La segunda historia, la que el pueblo no conocía y para cuya ejecución sólo tenían tres días de plazo, fue la propuesta que el extranjero el pidió a Chantal que le hiciera saber a los habitantes de Viscos y que tenía relación con la comisión de un asesinato a cambio de los diez lingotes de oro para que el pueblo saliera de la pobreza en que se hallaba y pudiera vivir cómodamente, por lo menos, durante los próximos treinta años.

Los asistentes al bar se quedaron desconcertados, porque se les informó que el registro dado por el extranjero en el hotel era falso, no sabían quién era, de dónde venía, ni qué se proponía y más aún, por la oferta del oro a cambio de la muerte de un inocente.

Los ocupantes de bar fueron abandonando en silencio el lugar, primero los más jóvenes, luego los de mayor edad. Al cabo de un rato sólo quedaban Chantal y es extranjero quien después de hacer varios comentarios sobre lo acontecido esa noche, la felicitó por haber contado su historia, luego se despidieron y ella se fue a su casa llorando y sintiendo sobre ella las miradas ocultas de quienes vivían en esa calle, pensando que sin querer estaba involucrada en todo este rollo, pero la tranquilizaba el hecho de saber que quienes la miraban no podían darse cuanta de su llanto.

Una vez en su habitación, el extranjero abrió la ventana de su habitación con el deseo de que el demonio que llevaba dentro se tranquilizase ya que lo sentía muy inquieto por lo que la chica había pronosticado con respecto a que Viscos de todos modos se quedaría con el oro como premio a que no cometería ningún asesinato.

Por primera vez en su vida sintió que el demonio estaba debilitado y que por momentos se alejaba de él para regresar luego con su temperamento habitual. El extranjero permaneció frente a la ventana y a pesar del frío continuó sumergido en la conversación interna que sostenía con el demonio, la cual trataba como de una lucha constante entre el bien y el mal y sobre todo del mal que el demonio quería imponer al extranjero, de cómo las distintas religiones del mundo tenían un lugar de castigo a donde se dirigía el alma inmortal que había cometido ciertos crímenes contra la sociedad, de los terrores que sienten las personas contra todo lo que puede sucederles, como el terror al juicio de Dios, al castigo, a perder, a los comentarios de los demás, y temor de amar y ser rechazado, entre otros muchos. De cómo los chinos eran los únicos que explicaban el origen de los demonios.

Hasta el demonio sentía terror porque el extranjero blasfemaba contra Dios y justificaba sus actos y esto era una mala señal.

Es una buena señal, pensó Chantal, cuando oyó la bocina de la furgoneta que traía el pan, la gente se reunió en torno al vendedor pero este extrañó el silencio de sus clientes y le preguntó si pasaba algo que el desconociese, pero nadie le comentó absolutamente nada de lo que Chantal les había informado el día anterior en el bar. Esta esperaba con ansiedad la partida del extranjero (lunes), para contarles a los habitantes de Viscos que se habían ganado la apuesta que ella hizo con el extranjero y eran ricos, sin necesidad de cometer ningún crimen.

Chantal fue acusada de traición por parte de algunos habitantes pero la dueña del hotel impidió que la hostigaban y cuando todos se dispersaron y ella se disponía a ir a las montañas doña Berta le pidió el favor que se sentara a su lado y después de aconsejarla y contarle la historia del hombre su caballo y su perro a quienes había fulminado un rayo la despidió para que se fuera a escuchar la naturaleza, además Berta necesitaba escuchar a su marido que hacía rato le estaba enviando señales de que no aconsejara tanto a la chica por nadie sabia el final de esa historia y quería que Berta hiciera alguna cosa porque si el mal vence aunque sea en una aldea olvidada podía contagiar al mundo entero.

Viscos únicamente contaba con 281 habitantes de los cuales la más joven era Chantal, la más vieja Berta y estaba controlado por seis personas, la dueña del hotel, el sacerdote, el alcalde, la esposa del alcalde, el herrero y el terrateniente. Estos eran los más preocupados por la presencia del extranjero debido a la propuesta que por intermedio de Chantal le había hecho al pueblo, pensaban en entregarlo a la policía pero no tenían pruebas contra él, lo único sería encontrar el oro, pero calculaban que 100 hombres tardarían 100 años en encontrarlo, el sacerdote, que lo único que conocía era su iglesia, dijo que el sacrificio de un hombre había salvado toda la humanidad. Como lo que más le interesaba al terrateniente eran las tierras y mirando a través de a de las ventanas de la sacristía, en donde estaban reunidos, propuso al cura cambiar el lote en donde estaba el cementerio por otro solar un poco más retirado pero mayor y divagando sobre este punto terminaron la reunión citando, desde luego, para la próxima el sábado en la tarde muy seguramente después de la misa.

Chantal se dirigió se dirigió a las montañas en busca de de la Y n donde esperaba encontrar el oro, tomarlo, regresar a su casa por el dinero que tenía ahorrado y largarse de aquella aldea, no tanto por robo, si no por algo mejor la venganza contra aquella gente cobarde que la acusaba de traición.

Cuando encontró el oro y se disponía a tomarlo apareció el lobo maldito dispuesto atacarla y enseguida el extranjero, quien acudió en su defensa, logrando ahuyentar el animal. Una vez liberados del animal tocaron diferentes temas tales como que, el oro pertenecía a ¿quién? y del ¿por qué?, de las injusticias de Dios para con ellos y de ellos para con Dios, de las costumbres de los aldeanos, de la posibilidad de escapar con todo el oro y como se debatían los demonios de ambos al ver que empezaban a perder la batalla.

El sacerdote sabía que, por culpa de tantas leyendas traídas al pueblo por los antepasados, sus gentes no eran muy religiosos pero ese día todos estaban dentro de la iglesia con excepción de la señorita Prym, tal vez avergonzada por las historias que había contado la noche anterior, en el bar.

El cura pidió a todos que se acomodasen y dio inicio a la celebración de la misa. En el sermón recordó la apuesta que el demonio y Dios hicieron respecto a su siervo Job. Apuesta que en definitiva ganó el Diablo, por cuando que Dios le quitó a Job todo lo que poseía, éste blasfemó contra Él. Basado en esta apuesta en la que se comprobó que nadie es bueno, el cura incitó a los fieles para que dejaran el orgullo de creerse buenos y justos como Job y que aceptaran sus pecados y si fuese preciso aceptar la apuesta del Demonio, habría que hacerlo.

Chantal insinuó al extranjero que cada uno tomara su oro y se marcharan de una vez por todas, pero el extranjero se negó y decidió volver solo a Viscos, Chantal tomó de nuevo el lingote, lo limpio con su vestido pero sintió pánico, lo devolvió a su lugar y salió apresurada con su antorcha en busca del extranjero a quien no pudo encontrar. Una vez en el pueblo se encontró con las miradas de toda la gente que salían de misa, pero las sostuvo porque ella no era la culpable de lo que sucedía, entró a su habitación y después de observar un rato a través de la ventana se acostó, se durmió, escuchó lo que debía escuchar y entendió lo que debía entender.

En la tarde de ese sábado, las seis personalidades del pueblo, volvieron a reunirse para continuar con el tema de la oferta en oro, que el extranjero les había ofrecido a través de la señorita Prym, y sin pérdida de tiempo divagaron sobre la posible víctima que ofrecerían en “sacrificio”, no era un “crimen”, porque se hacía para salvar a la aldea, igual que en la religión católica Jesús había sido muerto para salvar a la humanidad. Iniciaron por la señorita Prym, pero la descartaron porque seguramente era la única que sabía en dónde estaba el oro, continuaron con el cura porque algo que dijo les dio a entender que él podía ser el sacrificado, pero al final decidieron que debería seleccionarse a la señora Berta, ya que era la más vieja, no trabajaba y seguramente estaría feliz de reunirse con su difunto esposo. Además como ella decía que cuidaba al pueblo, fue quien dejo entrar el mal, entonces debería echarlo. Ahora sólo faltaba como realizar el sacrificio.

El cura pidió al señor alcalde que tratara de reunir a todo el pueblo en la plaza, a las nueve de la noche y fueron encargadas las dos mujeres presentes para que se acercaran a la casa de doña Berta con el fin de que no se enterara de la asamblea y menos de lo tratado en ella.

Chantal llegó al bar a la hora de siempre dispuesta a cumplir con su trabajo, pero no había un solo cliente. La dueña le contó sobre la asamblea que se realizaría a las nueve de la noche y de una vez le hizo saber que era únicamente para hombres. Chantal le confirmó que si existía el oro pero que era mejor decirle al extranjero que lo trajera, no fuera que una vez cumplido su pedido desapareciera.

Así lo hizo la dueña del hotel y el extranjero se comprometió a traerlo al día siguiente.

El sacerdote, cumpliendo lo programado en la reunión, estaba en la iglesia esperando al señor alcalde, para preparar el discurso que este le diría al pueblo durante la asamblea. Mientras llegaba el alcalde, el sacerdote tuvo tiempo de meditar en su vida sacerdotal, en como había llegado a esa aldea y sobre los fracasos que enfrentaba después de 20 años sin lograr que la gente asistiera a misa. Tan solo ese día la iglesia, por primera vez se vio atestada de feligreses y eso porque ya no era solo el Bien el que los asistía si no porque en sus almas estaba entrando el Mal.

En cuanto el alcalde llegó, el cura le pidió que le dejara hablar a él en la asamblea, pero el alcalde consideró que siendo la primera autoridad no podía permitir al cura, quien ni siquiera conocía todas las historias de Viscos y tampoco había nacido allí, fuera el vocero de un evento tan importante por lo que le dijo que prefería hacerlo él.

El sacerdote estuvo de acuerdo, pero en forma astuta le dijo “mejor así”, porque podría salir algo mal y no quiero que la iglesia se vea involucrada en ello. Te explicaré mi plan” pensándolo bien dijo el alcalde, si el plan es suyo es más honesto dejar que usted lo comparta con todos.

Para dominar a un hombre basta con meterle miedo en el cuerpo, pensó el sacerdote.

La dueña del hotel y la esposa del alcalde llegaron hasta la casa de doña Berta poco antes de las nueve, hora de la asamblea, y la encontraron tejiendo. Ella las invitó a entrar y durante un buen tiempo dialogaron sobre las cosas extrañas que Berta consideraba estaba pasando en el pueblo, y sobre la muerte.

Berta hablaba como con tanta propiedad de la muerte, que las dos señoras llegaron a pensar, si era que alguien le había contado sus planes o que en realidad era una bruja. Pero de regreso a su casa se tranquilizaron entre sí, analizando las palabras de doña Berta y llagando a la conclusión de que no estaba enterada de nada.

En la asamblea, el sacerdote explicó a los presentes el motivo de esta reunión y después de hacerles decir en voz alta que si estaban de acuerdo con la víctima escogida y la forma equitativa como se repartiría la riqueza, paso a explicarles el plan para llevar a cabo el sacrificio sin que nadie pudiera sentirse culpable. Este fue planeado para el día siguiente a la misma hora de la asamblea. Una vez terminada la asamblea el cura retornó a la iglesia y pasó toda la noche en oración.

El alcalde se sentía temeroso de estar perdiendo su autoridad frente al sacerdote, pero era este quien planeaba en detalle todo lo que deberían hacer para lograr que todo saliera bien y sin culpables. Es así como exigió que todos los hombres llevasen sus escopetas a la sacristía cargadas con un solo cartucho. Allí se le pondría un tiro de salvas a una, sin que nadie supiera cual era y en el momento del sacrificio todos pensarían que la suya no tenía municiones. También escogió tres hombres fuertes que deberán acompañarlo para ir por la víctima a su casa cuando se llegara la hora del sacrificio.

Llegada la hora, el cura y sus tres hombres visitaron a la señora Berta y luego de cruzar algunas palabras con el cura éste la obligó a tomar unas pastillas para que se quedara dormida y no sintiera dolor, de tal modo que cuando despertara lo hiciera en el paraíso al lado de Dios y de su esposo. Ya en el sitio del sacrificio (un monolito celta) y cuando con las escopetas apuntaban sobre el cuerpo de la víctima, Chantal se apresuró a preguntar si todos habían visto el oro, por lo que el extranjero se salió del círculo formado por las 281 personas y sacando de su bolsa los lingotes los depositó en el suelo, pero Chantal no contenta con esto se situó frente a la línea de fuego y pidió a nueve mujeres más para que examinarán el metal y comprobaran que no era plomo convertido en oro al estilo alquimista. Una de las participantes en el examen del oro fue la esposa del alcalde que tomo la vocería para confirmar que si era oro legitimo, que además tenía la fecha de fundición, un número de serie y el sello del gobierno.

El alcalde impaciente por acabar rápido con aquella situación y por miedo a que alguien de otra aldea los descubriera le pidió a la señorita Prym que se retirara de la línea de fuego para poder ordenar la ejecución. Pero ésta mando callar en dos veces al alcalde y empezó el análisis de cómo podrían cambiar el oro por dinero, ya que este como tal no les serviría para nada. Aprovecho para contarles la historia del rey Midas que terminó muriéndose de hambre porque todo lo que tocaba se convertía en oro.

Cuando Chantal terminó de hablar, el alcalde quiso dar la orden de fuego pero ya los hombres habían bajado sus armas, sólo quedaban el alcalde y el cura, uno apuntando a Berta y el otro apuntando a Chantal. El herrero les arrebató las armas y todo el mundo se retiró lentamente del lugar hasta cuando solo quedaron el extranjero, Chantal y doña Berta. Allí permanecieron hasta cuando esta estuvo en condiciones de caminar y pudieron regresar a su casa. El extranjero y Chantal llevaron los lingotes de oro al banco de la ciudad los cambiaron por dinero en efectivo, abrieron una cuenta a nombre de ella, regresó al pueblo, conversó con doña Berta, no le comento a nadie que abandonaba a Viscos, le dio un beso y se marchó para siempre de su pueblo.

El alcalde cumplió la promesa del cura a Berta de levantar en el parque una fuente en su memoria.


LA BRUJA DE PORTOBELLO


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Entrevista a Paulo Coelho
Entrevista a Paulo Coelho en el programa No hay Moros en la Costa, conducido por Jorge Moya



Veronica decide Morir

Análisis Verónica Decide Morir

Idea Principal
Verónica es una joven de 24 años completamente normal. Es guapa, no le faltan pretendientes y tiene un buen trabajo. Su vida transcurre sin mayores sobresaltos, sin grandes alegrías ni grandes tristezas. Pero no es feliz. Por eso, una mañana de noviembre, Verónica decide acabar con su vida.
Sueños y fantasías. Deseo y muerte. Locura y pasión. En su camino hacia la muerte, Verónica experimenta placeres nuevos y halla un nuevo sentido a la vida, un sentido que le había permanecido oculto hasta ahora, cuando tal vez ya sea demasiado tarde para echarse atrás.
Verónica decide morir plantea que cada segundo de nuestra existencia optamos entre la alternativa de seguir adelante o de abandonar.

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Sinopsis del Libro


El autor explora de nuevo el mundo femenino, profundiza en sus miedos, en la espiritualidad y en la necesidad de buscar sentido a la vida.

Athena es una mujer con un don de la naturaleza. Hija adoptiva de una mujer libanesa y un próspero industrial de Beirut, se traslada a vivir a Londres con su familia poco después que estalle la guerra en su país. En la universidad conoce al que se convertirá en padre de su hijo pero las dificultades que atraviesa la joven hacen que el matrimonio pronto se rompa.
Convertida en madre, no puede dejar de pensar en la mujer que la trajo al mundo y, para entender cómo pudo abandonarla, decide emprender un viaje a Rumania y buscar a su madre biológica. Pero un viaje nunca te lleva sólo a dónde pensabas ir, y lo que Athena descubre en este viaje cambiará para siempre su vida y las vidas de los que la rodean.
En La bruja de Portobello Paulo Coelho nos ofrece una trama fascinante y llena de intriga, a través de la cual el lector acaba descubriendo una larga tradición basada en la fuerza femenina y en el amor. Una novela absolutamente imprescindible en el mundo de hoy.

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Paulo Coelho e A Bruxa de Portobello
Paulo Coelho fala sobre temas de seu novo livro A Bruxa de Portobello

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Paulo Coelho/"Veronika decided..."
A full evening, contemporary dance performance.Inspired from a "veronica decided to die"from a world know famous author Paulo Coelho

 
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