EL DESEO FINAL
(humanidad en los médicos)
Él
saca la sangre de mi vida
ignora mi dolor y mi llanto.
Él atiende
en ese escritorio de soledad que es su ignorancia
creyendo quejido forzado,
imaginado,
acumulando penas injustificadas.
Él atiende
en ese escritorio de soledad,
que es su desamor,
que es su vanidad.
Yo, solo deseo el entusiasmo
del investigador
que desea encuentro con mis fuerzas
y toma mis manos
que acaricia en mí
y recorre mi energía
levantando mi cobardía
vistiendo los últimos días
con colores suaves, pasteles y brillantes.
de Graciela Kiriadre
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